martes, 2 de noviembre de 2010

MARCELINO CAMACHO

UN HOMBRE COHERENTE CON SUS IDEALES

Marcelino Camacho murió el pasado viernes, 29 de octubre, a los 92 años; con el muere la auténtica izquierda y el auténtico sindicalismo.

Marcelino nació el 21 de enero de 1918 en un pueblo de la provincia de Soria. En 1935 ya militaba en el partido comunista, también estuvo afiliado a UGT; en el año 39 fue objeto de la primera de muchas detenciones a las que sería sometido. Huyó de la justicia y estuvo viviendo en Marruecos y en Argelia, trabajó como Fresador.

En el año 57, regresó a España y trabajó como obrero metalúrgico. En el 66 detenido y condenado a 20 años de prisión. En el 75 indultado. 1976 fue de nuevo detenido, acusado de pertenecer al Comité Ejecutivo de Coordinación Democrática como miembro de CCOO de Madrid, el sindicato que fundó y del que fue su primer secretario general. En el 77 fue elegido diputado por el PCE, en el 81 dimitió por estar en desacuerdo con el estatuto de los trabajadores que se había aprobado, por considerarlo claramente insuficiente para el interés de los trabajadores.

Ejerció como secretario general de CCOO hasta 1987 cuando fue sustituido en el cargo por Antonio Gutiérrez, con el que discutió fuertemente tras criticar el alejamiento del sindicato de la posición claramente de izquierdas que había mantenido desde su fundación.

Sus últimos años los ha pasado en un segundo plano pero siempre dispuesto a cooperar.

Es realmente indignante que los medios de comunicación hayan dado tan poca relevancia a la noticia de su muerte; aunque por otra parte lo entiendo, pues es mucho mas interesante saber sobre la increíble vida de Belén Esteban, esta mujer que tanto ha hecho por este país y por los trabajadores.

A continuación tenéis unos breves videos en los que os podréis hacer una idea de como ha sido ese gran hombre.




Ha muerto un auténtico idealista e ideólogo de izquierdas, un auténtico sindicalista y un amigo.

Alégrate San Pedro, pues sabiendo como es Marcelino, se acabaron para ti las jornadas laborales superiores a 12 horas en las puertas del cielo; que se prepare el patrón.